Enfoques

Discurso de promoción pronunciado por la Br. Mildred Lucia Mambié Meléndez. Promoción de odontólogos Hernandez-Yibrin

Diciembre 4, 1997

"Los momentos más conmovedores de nuestras vidas nos dejan sin palabras"

Marcel Marceau


Hoy, 4 de Diciembre de 1997, es para todos una fecha una fecha de significado trascendental. Hoy es cuando, la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela celebra un nuevo triunfo, y un anhelado sueño por nuestra parte; sus hijos, estudiantes de la Facultad y ahora bien llamados: Odontólogos de la República de Venezuela. Soñadores de cambios y transformaciones, deseosos de trabajar y servirle al País, y sobre todo creadores de ideas, hacedores de caminos y promotores de optimismo, para nuestras familias, nuestras vidas y ante todo para Venezuela.

Es para mi un motivo de inmenso orgullo el poder expresar, en nombre de mis compañeros y colegas, integrantes de esta numerosa promoción de odontólogos: Dr. Gustavo Hernández y Dra. Carol Yibrin, la gran satisfacción, júbilo y caudalosa alegría que se alberga en nosotros; razón por la cual se aleja de mí todo sentimiento de timidez y nerviosismo.

Estamos aquí para materializar nuestra meta y para premiar nuestro esfuerzo, trabajo y perseverancia. Y viéndonos envueltos en mil un sueños y en mil y una expectativas, que actualmente ocupan el centro de atención nuestras vidas, es hoy cuando conocemos (sabiamente) que nada sabemos del porvenir sino que diferirá del pasado. Pero que en nuestras manos está el forjar ese "porvenir" en función de nuestra felicidad y la de los nuestros.

El Aula Magna se engalana con nosotros y su Suntuosidad nos incita a seguir adelante, a continuar siempre derecho, siempre adelantes, siempre con la verdad; a recordar el pasado, a aprender de nuestras derrotas y fracasos y a repetir nuestros éxitos, con miras a ser mejores cada día. No debemos olvidar nuestro pasado, La Facultad, las pasantías, los días de estudio y trabajo, los días de insomnio y fatiga y sobre todo los días de descanso y gloria; aprovechemos muy bien esta oportunidad de Dios, y la vida, nos dio y aprendamos de ella que: "Todo fin es el comienzo de una nueva etapa". Entraremos a una nueva etapa de lucha, a una nueva etapa de trabajo y llegaremos, ahora, a nuevas metas, nuevos objetivos y nuevos propósitos.

Partamos entonces agradeciendo sincera e infinitamente a Dios, en todas sus formas, todopoderoso y misericordioso, que permitió la vida y hoy nos permite estar aquí.

Es por esto, que este gran optimismo y esta gran vigorosidad, no debemos desperdiciarlos, sino a nuestra máxima formadora, forjadora de profesionales y hombres de bien, que hoy también se viste da gala y celebra con nosotros este gran triunfo; a nuestra gran Nación: Venezuela.

Que nos recibe con los brazos abiertos (y llenos de esperanza) para que todo nuestro conocimiento, sabiduría y capacidad humana sirva a sus otros hijos, a su población. Para que todo nuestro esfuerzo esté orientado en un solo sentido, que guíe y lleve a nuestro País por el camino que se merece.

Es Venezuela quien debe recibir un gran agradecimiento y a la que debemos otorgarle, simbólicamente, nuestras vidas y trabajo. Y así también debemos darle las gracias a la Mayor de las Casas de Estudio, la que nos permitió alimentarnos de ella y acurrucarnos en sus espacios durante estos años; la que nos enseñó a vivir.

Hoy por hoy, la necesidad que vivimos nos obliga a velar por nuestra Patria y nos propone el reto más grande de nuestras vidas: que seamos los mejores profesionales en pro de nuestro País y de nuestro futuro.

Que nuestra bandera sea la lucha, el empuje y el tesón.

Que esta sea una generación de relevo, quizás no capaz de transformar al mundo, pero sí con ganas, creadora de actos palpables que puedan promover nuestro desarrollo como Nación.

Es así como no podemos apartar en estos tan maravillosos agradecimientos a nuestros padrinos, quienes nos han llevado de sus manos en los últimos meses de nuestra carrera. Quienes han hecho de sus vidas ejemplos vivos de crecimiento, personal y profesional, de superación y constancia. Quienes nos han enseñado que a la mediocridad no existe, se hace, y que no es el mediocre quien puede llegar a la cima, sino el que lucha, estudia y supera obstáculos quien puede llegar al tope; y lo más importante que la humanidad y la humanidad son 2 aspectos importantes en la conquista de todo éxito.

Ellos quienes con su fuerza y optimismo nos han mostrado que soñar no cuesta nada, y lo que es mejor aún, que todo sueño puede realizarse con un poco de escuerzo y amor.

A ustedes padrinos muchas gracias por educarnos con las bases de la amistad y la solidaridad. Nosotros sus ahijados, les damos las gracias por dejarnos compartir nuestras penas y alegrías con las suyas y ante todo por traernos hasta aquí llenos de alegría y felicidad.

De igual forma es nuestra necesidad, el agradecerles a los Docentes su abocado trabajo en la formación de este contingente de odontólogos. Darles las gracias por su paciencia, preocupación y amistas, así como también el habernos trasmitido todo lo que en sus manos estaba, siempre con el fin de que el discípulo supere al maestro. Lo supere para bien y mejor. A ustedes doctores, ejemplos de vida, formadores de nuevos profesionales de fe, que creen y luchan por esta Casa Magna de Estudios, casa que vence la oscuridad y que le ofrece hoy al mundo 146 nuevos profesionales. Ustedes nos moldearon, nos ayudaron a desarrollarnos concienzudamente y más aún nos permitieron crecer bajo su tutela y guía.

Gracias también a los empleados administrativos, obreros y personal asistente, a ustedes que nos vieron trajinar en el día a día. Por hacer con su trabajo el mejor de los esfuerzos para que la Facultad funcione.

A nuestros pacientes, atentos a nuestros llamados que nos ayudaron en el logro de nuestra formación, algunos temerosos e inseguros, otros seguros y confiando en nosotros. Gracias por su paciencia y comprensión.

Muchas gracias a ustedes, compañeros, amigos, buenos amigos. A esos amigos de los que corren en cuanto te ven caer y te ayudan a levantarle, a esos capaces de hacerte sonreír cuando las circunstancias te acorralaban. A esos amigos caprichosos, severos y orgullosos que te enseñaron el otro lado de la vida. A aquellos amigos que no pudieron llegar con nosotros hasta este punto, también gracias porque su ayuda fue de vital importancia.

Compañeros y amigos gracias a todos por su fidelidad y constancia, por estar justo en el momento exacto de nuestras vidas.

Mil gracias a nuestros hermanos, esposos, novios e hijos; sabios en su espera, constantes en el apoyo, continuos motivos de superación, excelentes compañeros en cualquier circunstancia. Mil gracias por sujetarnos, por empujarnos y permitirnos crear nuestro propio espacio.

En esta continua cascada de agradecimientos, he querido dejar de últimos en la alusión a nuestros padres, esencia de nosotros mismos, quienes hoy tocados (al igual que nosotros) por una alegría indescriptible y un gozo que sobresale en sus ojos y en sus rostros, han estado animándonos constantemente desde el principio de nuestros días, como hoy lo repiten y como siempre continuarán haciéndolo hasta que la vida se los permita. Seres inmensurables en todos los aspectos: que nos dan toda su capacidad de amar, de triunfar, de vivir, que nos ofrecen sus derrotas para aprender de ellas, que nos regalan sus triunfos para disfrutar su gloria. y que hoy, aquí con nosotros, orgullosos de sus hijos, gozan la alegría de este acto y la dicha del éxito. Gracias por permitirnos ser lo que somos y dejarnos tan fuerte legado.

Es nuestro regalo el dedicarles este acto y todos los logros que nos esperan porque fueron ustedes y serán, quienes compartirán siempre con nosotros todo lo que nos queda por delante. A ustedes capaces de dar la vida por la nosotros les estaremos agradecidos eternamente y hoy una vez más les pedimos la bendición.

Gracias a todos, a todos que están y a los no pudieron estar, que muy bien sabemos que siempre nos acompañan y velan por nosotros.

Culmina así este discurso, tomando unas sabias palabras de escritor Jorge Luis Borges, que expresa:

"SI ERES CAPAZ DE SOÑAR SIN QUE LA IMPACIENCIA, LA AMBICIÓN O EL PESIMISMO TE PERTURBEN, DESCUBRIRAS QUE LA DISTANCIA ENTRE EL SUEÑO Y LA REALIDAD ERES TU MISMO."

Finalmente agradezco una vez más al Todopoderoso y pidámosle que nos acompañe siempre y nos lleve de su mano.

¡DIOS NOS BENDIGA!

Amen.