Trabajos Originales

Venezuela, desde la antesala de los noventa

Venezuela, from the hall of the ninety...

  • Sandra Pérez Mendoza. Docente de la Cátedra de Odontología Sanitaria. Jefe del Dpto. de Odontología Preventiva y Social. Facultad de Odontología U.C.V.
RESUMEN
Venezuela en medio de una crisis socio-económica y política, intenta, a partir de 1989, cambiar de un estado de bienestar social a un estado neoliberal; bajo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (FMI, BM, BID).

El desarrollo del proceso ha sido traumático y afecta drásticamente a los sectores menos favorecidos de la población. El Estado parece debilitarse progresivamente y se pierden los referentes nacionales.

Todo ello fue estudiado exhaustivamente en la década de los ochenta y antes de la aplicación de las primeras medidas económicas; muchos autores presentaron sus análisis, anunciaron sus expectativas y argumentaron posibles salidas ante la crisis.

Sin embargo, nuestros gobiernos insisten en actuar erradamente a espaldas del colectivo interés nacional, escribiendo las páginas más dolorosas de nuestra historia contemporánea por la ausencia de una voluntad política nacional, de un verdadero compromiso con la sociedad venezolana

PALABRAS CLAVE: Crisis, Estado, Políticas de Estado, Economía.


ABSTRACT
Venezuela amid a socio-economic and political crisis, attempts, starting from 1989, to change a state of social well-being to a neoliberal state; under the recommendations of the International Monetary Fund, the World Bank and of the Interamerican Bank of Development (IMF, BM, IDB).

The development of the process has been traumatic and it affects drastically to the population's less favored sectors. The State seems to weaken progressively and they get lost the relating ones national.

Everything was studied thoroughly in the decade of the eighty and before the application of the first economic measures; many authors presented their analyses, they announced their expectations and possible exits argued before the crisis.

However, our governments insist on acting mistakenly to backs of the collective national interest, writing the most painful pages in our contemporary history for the absence of a national political will, of a true commitment with the Venezuelan society



INTRODUCCION
Luego de una acuciosa búsqueda bibliográfica en publicaciones de los años 80-90 (textos, cuadernos y hemeroteca) llegamos a la conclusión, de que muchos de los elementos contenidos en este papel de trabajo podrían resultar muy ilustrativos en el presente, al momento de buscar respuestas ante el análisis situacional de la Venezuela de hoy y los descencadenantes de la crisis socio-económica y política a la que hemos asistido en las más recientes décadas. Pretendemos poner a la disposición de cualquier asiduo lector y sin los tecnicismos acostumbrados en la materia económica, el producto de esta búsqueda, donde se avizoraba la profundización de la crisis estructural de la actualidad.

Presentamos referentes concretos para la discusión y compartimos la opinión de diversos autores como economistas, salubristas, sociólogos, filósofos, politólogos y otros tantos actores comprometidos para entonces, quienes coincidían en asegurar el inminente caos de los ochenta, su origen estructural y su elevado costo social para los venezolanos.

Hemos endosado los bonos de la deuda ante nuestros acreedores, comprometiendo la vida de generaciones futuras; cometiendo errores en forma reiterada con la adopción e imposición de modelos de desarrollo sustentados en bases muy débiles y en ideas aún más frágiles a través de los planes nacionales. Todo ello, acompañando a un proceso empobrecedor, generador de desigualdades que se viene gestando mundialmente en perjuicio de los países más pequeños y menos desarrollados.

El Estado Venezolano ha dado pasos apresurados en su propósito de modernización y de incorporación al mundo neoliberal.

Desde el comienzo de los noventa el proceso privatizador en Venezuela avanza veloz y progresivamente adoleciendo de unas condiciones mínimas y de una política de ordenamiento que le genere un clima favorable de aceptación en nuestra sociedad. El mercado por sí solo no garantiza un orden social.

La experiencia nos muestra que el deterioro de la calidad de vida del venezolano ha sido muy acentuada, y parece habernos impuesto la necesidad de la sobrevivencia como alternativa ante el desastre. ¿Era realmente ésta la salida?, ¿Qué nos reservaba la década de los 90? ¿Cuáles eran las expectativas?, ¿Quiénes promovieron salidas distintas?, ¿Realmente se espera superar la crisis para finales de los años 90?.

La historia reciente en la región, parece acercarnos al nuevo siglo en la peor de las condiciones, luego de los efectos iniciales de nuestra incorporación al vertiginoso mundo moderno globalizado.


VENEZUELA, EN LA ANTESALA DE LOS NOVENTA...
La década de los ochenta mostró claras evidencias del deterioro progresivo de las condiciones de vida de nuestras sociedades y resultaron premonitorias de una crisis mucho más profunda que se avecinaba en la región.

El proceso de deformación estructural que se ha sucedido, durante el desarrollo de nuestros países latinoamericanos ha sido complejo y se ha ido acentuando con el endeudamiento en el cual se han sumergido los mismos. La deuda externa muy bien llamada "la impagable deuda externa" (1), resulta asfixiante, obstaculizante para la región, en la medida que se limitan nuestras posibilidades ante el mayor enriquecimiento de los países desarrollados (capital financiero internacional) y de los grandes monopolios financieros nacionales.

Países como el nuestro, que han aceptado inicialmente la renegociación del pago de la deuda externa, agotan sus esfuerzos en implementar medidas que implican altos costos sociales. El deterioro de las condiciones de vida de la población va en aumento; el hambre, la desnutrición, el desempleo, la violencia, son muestras de la descomposición social.


    1SAAVEDRA, Rosario. "La impagable deuda externa". Ultimas Noticias. 06/87
El antecedente histórico en nuestro país muestra clara evidencia de cuán importante es la gestión oficial en la salud para el logro de sus objetivos políticos-sociales (SAAVEDRA, 87). Para la necesaria paz social que permite la mejor administración gubernamental y el desempeño de una más productiva economía, el modelo asistencialista en salud ha resultado muy eficaz. Las acciones sanitarias han rendido grandes dividendos para el logro del consenso, exigido por el Estado para avanzar sus planes.

Sin embargo, la asistencia médica resulta costosa y la respuesta que el Estado ha ofrecido hasta el momento resulta insuficiente en calidad y cantidad, en relación a los problemas existentes. Se observa el incremento de las necesidades acumuladas, surgen nuevas entidades patológicas y otras, antes controladas, tienen un repunte por la falta de control y vigilancia epidemiológica (paludismo, polio).

Resultaría obvio concluir, que el Estado Venezolano debe definir y reorientar sus políticas en función de producir acciones más coherentes con las necesidades propias. En salud, el contexto le exige la realización inmediata de proyectos concretos que conduzcan a la proposición de alternativas que incidan eficazmente en la transformación de las condiciones generales de salud de la población.

En la antesala de los noventa, frente a un panorama poco alentador, reflexiones como esta última, nos demuestran que reina el optimismo en algunos actores sociales que luchan y mantienen sus esperanzas por una mejor calidad de vida; son los sembradores de sueños.

I) SITUACION DE SALUD EN VENEZUELA. IMPACTO DE LAS POLITICAS DEL ESTADO.
La Venezuela de los ochenta, asumió una profunda crisis de origen estructural con drásticas consecuencias para la población venezolana que podríamos calificar como de "Marcado deterioro de sus condiciones de vida", y que se evidencia a través de:
  • Indicadores generales de salud desfavorables.

  • Problemas nutricionales en la población infantil.

  • Ineficacia e ineficiencia de los servicios de salud.

  • Indices elevados de desempleo.

  • Bajos salarios.

  • Poca accesibilidad a la dieta mínima.

  • Disminución de la accesibilidad a la educación media, técnica y superior en un sistema educativo inoperante.

  • Aumento de la privatización de la educación y de los servicios de salud.

  • Disminución en el ingreso per-cápita.

  • Seguridad social escasamente desarrollada.

  • Proliferación de la burocracia.

  • Administración gubernamental ineficiente.
En resumen, estaba ausente la definición de políticas en torno al desarrollo integral de la sociedad.

Las políticas y planes sectoriales fueron distorsionados en su implementación, muchos de ellos con el propósito de no afectar la economía, y en otros casos, en la ya afectada economía, continuar con el favorecimiento a grupos minoritarios que mantienen el control del poder en "Asuntos Económicos" que no por ello dejan de ser "Políticos". Ante esta situación, pesaron muy poco los intereses de la mayoría poblacional que demandaba, en función de sus necesidades, la definición de políticas y actitudes responsables de quienes administraban los recursos del país.

Para mayor precisión en algunos de los puntos señalados, vamos a aportar otros indicadores que, en su momento, resultaron esenciales para un análisis más realista de la situación que nos ocupa.
  • De acuerdo a datos de la O.C.E.I.:
    - 863.000 hogares tenían ingresos inferiores al costo de la canasta mínima de alimentos. (Pobreza Crítica).
    - 1.047.000 hogares percibían ingresos de 1 a 2 veces el costo de la canasta mínima - (Pobreza Relativa).

  • El costo de la canasta mínima de alimentos:
    1988 __________ Bs.2724,oo
    1989 __________ Bs.4500,oo (para mediados de año).
    Para finales del año 1989 había incrementado más su costo y para 1990 se podía prever en aproximadamente en Bs.6.000,oo.

  • Establecimientos Hospitalarios en deterioro creciente, paralizando más del 50% de su capacidad operativa en todo el país.

  • Déficit presupuestario acumulado para el sector.

  • La proporción del Presupuesto Nacional asignado al M.S.A.S. se redujo desde un 9.1% en la década de los años 60 hasta un 5.3% en 1988 (Dif 3.8%).

  • Atención en salud predominantemente médico-asistencialista.

  • La mortalidad general no diagnosticada se incrementó de 14.5% en 1981 a 17.3% en 1985.

  • El paludismo reaparece y las cifras de mortalidad se duplicaron en el lapso de 1981 - 1985 ; y se estimó que para el año 1988 la cifra superaría los 200 mil casos.

  • Las cifras de mortalidad infantil por causa, aumentaron en menores de 5 años. Muertes que pudieron ser evitadas ya que las enfermedades en su mayoría eran prevenibles.

  • Reaparecieron enfermedades en la población infantil menor de 5 años como el sarampión, tosferina y polio.

  • Para 1985 la mortalidad infantil en menores de 1 año (Mortalidad Temprana) fue de 26.9% en Venezuela. Sin embargo, las tasas por Estados oscilan entre 33 y 41.6 por 1000 nacidos vivos, siendo los Estados más afectados Barinas, Miranda, Trujillo, Mérida y Portuguesa.

  • No existe información oportuna y confiable para la toma de decisiones. "En efecto, la administración de salud tiene un atraso de tres años (1986, 1987 y 1988) en la publicación de la información sobre la mortalidad y morbilidad".(VISO,89)
Son lamentablemente reveladoras las evidencias de que la población infantil resulta la más golpeada; del impacto negativo de la incapacidad del sistema político para garantizar la salud de los niños del país. Durante la década del 80 aumentaron sus probabilidades de aparición entidades como diarreas, desnutrición y neumonías; por supuesto; quienes resultaron más afectados fueron los niños provenientes de sectores con escasos recursos. (REVELLO, 88. VISO, 89. EVANS, 89. GONZALEZ, 89.

La situación se agrava cuando consideramos la organización sanitaria para ese momento; el sector salud y sus respectivos subsectores, de acuerdo al origen de su financiamiento, mantuvo una forma organizativa que lo llevó a mal utilizar los recursos: duplicar los esfuerzos, multiplicar los costos, dispersar los objetivos y, por lo tanto, a potencializar la ineficacia e ineficiencia del mismo. La excesiva burocracia absorbió aproximadamente el 80% del presupuesto asignado al subsector público, y el porcentaje restante se destinó, entre otros, a las actividades de tipo asistencial que caracterizaron la práctica en salud. Las políticas sociales concebidas por el Estado no respondieron al principio de la justicia distributiva, de la equidad, y por lo tanto, indujeron la profundización de las desigualdades entre los grupos.

La crisis sanitaria que confrontamos es consecuencia de la crisis estructural y por lo tanto no es reciente.

El compromiso del pago de la deuda no es el origen de la misma, ni lo que debemos a otros países ha resultado "la causa de todos los males". Si bien es cierto, que como país deudor está sometido a las exigencias del Fondo Monetario Internacional que cada vez cobra nuevos dividendos con el sacrificio social de nuestro pueblo; también es cierto que el modelo de desarrollo impuesto promueve el crecimiento económico priorizando la acumulación de capital. El proyecto político en marcha debe garantizar la adecuada dinámica económica, pero parece escindirse en dirección opuesta al proyecto global que debe abarcar a la sociedad en su conjunto.

Las políticas de salud implementadas hasta el presente, solo "han respondido a las exigencias impuestas por la economía"; respecto a ello, el trabajo de P.L. Castellanos es bastante demostrativo de esa afirmación. Históricamente, dichas políticas han sido muy eficaces en función de controlar los conflictos y contribuir a una adecuada dinámica económica. (CASTELLANOS, 82).

El Estado ha concentrado su intervención en salud durante los últimos 30 años en un modelo asistencial basado en la atención médica-curativa, de carácter fundamentalmente hospitalario, por ejemplo (último quinquenio de los ochenta): M.S.A.S. dedica más del 55% de su presupuesto a la atención médica-curativa, un 10% a la atención preventiva y apenas un 7% a programas de malariología y saneamiento ambiental; el I.V.S.S. utiliza casi la totalidad de su presupuesto en actividades médicas-curativas. "Ello ocasiona el abandono progresivo de la atención ambulatoria ampliamente resolutiva y de los programas masivos de promoción y fomento de la salud, agravándose la situación de salud de la población y abarrotándose los servicios de atención médica como es obvio". (REVELLO, 89). Del mismo autor, analicemos la siguiente cita:
    "La proporción del presupuesto nacional asignado al M.S.A.S. se redujo desde un 9.1% en la década de los años 60 hasta un 5.3% en 1988...".
El modelo capitalista del Estado Venezolano ha permitido el desarrollo de las políticas sociales pero, en la actualidad, la imposibilidad financiera de "resolver" paliativamente, lo que ha sido la práctica en otras ocasiones en el caso de la problemática de salud (ampliando los servicios, reponiendo equipos o mejorando las infraestructuras hospitalarias), imprime un nuevo carácter a esta "crisis crónica". El Estado dirige pocos esfuerzos a la asignación e implementación de nuevas políticas sociales, y promueve, en la década de los 80, la creación del S.N.S., la Estrategia A.P.S. con la participación de la comunidad como base fundamental, la descentralización operativa, traslada parte de los costos del servicio de salud a la población mediante mecanismos de recuperación de fondos. Finalmente, para el último trimestre 88 y principios de 1990, ante la política de ajuste que aplica el gobierno, se proponen nuevas acciones mediatizadoras de los conflictos como la beca escolar, el vaso de leche, el seguro del paro forzoso, fondo de ahorro para vivienda (Ley de Política Habitacional) y aumento salarial. Simultáneamente; se implementa un nuevo paquete de medidas económicas, que reducirá aún más, el poder adquisitivo de los grupos mayoritarios de la población que conforman los sectores de menores recursos.


II) SITUACION ECONOMICA DE VENEZUELA, 1989.
Después de diez meses del nuevo gobierno (Carlos Andrés Pérez 1989), el momento fue propicio para reflexionar sobre la situación económica.

Resultó enorme el sacrificio aportado por la población durante esta primera fase de ajustes, y por ello fue necesario hacer un balance para intentar esclarecer dónde se estaba y hacia dónde íbamos. Las preguntas resultaron obvias: ¿Está mereciendo la pena el sacrificio realizado? ¿Mejorará la situación económica el próximo año?. ¿Lo está haciendo bien el gobierno? Respuestas diáfanas y oportunas fueron siempre difíciles, pero, en materia económica, más difíciles y arriesgadas resultan las predicciones. Pensamos, sin embargo que existen suficientes elementos para hacer un balance, asumimos el riesgo de equivocarnos y nos remitimos a algunos indicadores utilizados por Purroy en una de sus publicaciones, y los resumiremos de la siguiente manera: (PURROY, 89).

II-1.- LA INFORMACION DEL MOMENTO (1989) ...
Inflación:
  • El primer semestre cerró con una inflación del 58%.

  • La reducción de la superficie cultivable y de los rebaños bovinos y el aumento de la liquidez por el gasto fiscal ejercerán una fuerte presión inflacionaria.

  • Para fines de 1989 se puede prever que llegue al 85%.
Recesión:
  • Fallaron las matemáticas gubernamentales: un crecimiento de 2% no era compatible con la magnitud del ajuste.

  • A estas alturas, la disminución del PTB rondará un 10%.

  • La demanda de consumo interno ha disminuido entre el 30 y el 40%.

  • El consumo de calorías del venezolano ha caído a niveles de 1949, aunque destina el 68% del dinero a gastos de comida.

  • La construcción experimentó un descenso. Fue estimada su disminución hasta 20% para finales del año 89.
Atraso en los programas sociales:
  • Los programas sociales tienen un retraso de tres meses y sólo podrán ser ejecutados parcialmente.

  • Sólo una tercera parte del Plan de Empleo podrá ser ejecutado en 1989.
Desempleo:
  • El número de desempleados "abierto" se duplicará antes del fin de año: se ubicará entre el 15% y el 20%.

  • Los sub-empleados, con sueldos inferiores al mínimo vital, ya a fines de 1988 era el 30% (1.818.600 personas) y ahora se ha duplicado el salario mínimo vital.
Tasas de Interés y Tasas de Cambio:
  • La elevación de las tasas ha contribuido en aras de una moderación de la inflación.

  • Los bancos están presionando hacia la baja porque hay demanda de créditos.
Deuda externa:
  • La reducción de la deuda anterior renegociada no sólo se ha limitado a un módico 7%, sino que al final la deuda se ha incrementado con los nuevos préstamos.

  • Venezuela no posee un poder de negociación capaz de lograr siquiera la mitad de sus metas iniciales.

  • Lo que está en juego es el ritmo de recuperación de la economía venezolana.
Nuevos Créditos Externos:
  • En este campo la gestión del gobierno ha sido francamente exitosa.

  • Ante la cerrada actitud de la banca extranjera privada, parece que sólo podremos contar con organismos multilaterales; sin embargo éstos condicionan las políticas económicas y las reformas estructurales internas.

II-2.- EVALUACION Y PERSPECTIVAS...
Balance de los primeros meses:
  • Positivo: Coherencia con su confesa filosofía neoliberal y monetarista, coraje para tomar medidas impopulares, firmeza en la negociación de la deuda, y éxito entre organismos financieros multinacionales.

  • Negativo: Desconocimiento de la realidad financiera, irresponsabilidad en la información, deficiente estrategia negociadora y política, ineptitud ante problemas sectoriales, subordinación de políticas al acuerdo de la deuda.
La clave del medio plazo:
Inversión:
  • La solución aceptada exige triplicar en cinco años las exportaciones no petroleras.

  • La clave es la inversión masiva para la cual, más importante que la rentabilidad, es la confianza en la estabilidad y salud del país a largo plazo.
Revisar las metas de crecimiento:
  • Ante el clima de desconfianza para la inversión es necesario generar ahorro interno, redimensionando los planes de inversión del Estado.

  • Debe erradicarse el desprecio por el mercado interno: ninguna economía sólida se construye sobre las ruinas de una población depauperada y sin distribución racional del ingreso.
La reconversión:
  • Preocupa el diletantismo, por no decir la ignorancia, de los medios oficiales sobre el tema.

  • Falta una estrategia sectorial seria que permita acometer los cambios necesarios.

  • Tendríamos que empezar por "reconvertir" el aparato estatal.
Perspectivas para 1990...
  • De acuerdo a lo expuesto por Purroy en octubre del 89, resulta cuesta arriba pensar en salidas a corto plazo para la recuperación de la economía nacional.

  • El panorama se presenta gris, y tiende a oscurecer, ante el sometimiento del país a las exigencias de la Banca Mundial y del Fondo Monetario Internacional; los sectores sociales mayoritarios serán cada vez mas deprimidos.

  • Con todos estos elementos de la economía en el contexto, y en relación con la política sanitaria, autores como Francisco Iturraspe, Edilberto Pacheco, Waldo Revello y Sara Vera, coinciden en reconocer que la participación democrática de las comunidades constituye la base para la transformación de las condiciones de salud de las mismas; la participación concretada en la toma de decisiones por parte de la población desde sus propias organizaciones.
Revello, en el artículo referido en otras secciones de este trabajo, plantea que es necesario "propiciar un cambio de rumbo definitivo a la política de salud del Estado, que se exprese en una concepción integral de la salud, en formas de financiamiento basadas en los principios constitucionales, que se apoye en la Estrategia de A.P.S. que ponga freno a la privatización de los servicios públicos, que estimule la participación creciente del Estado en la producción y comercialización de medicamentos, insumos y tecnología médica, que propicie una investigación adaptada a las necesidades colectivas del sector y a la búsqueda de soluciones que limiten el poder de los monopolios transnacionales, que establezca claras reglas en el control de la atención médica privada, y en fin, de que contribuya al bienestar social". (Revello, 89).(2)

Reiteramos, que la única garantía para lograr estos propósitos, es una mayor representatividad de la población en la toma de decisiones, que parta del reconocimiento de sus propias necesidades hasta la puesta en práctica de las soluciones. Una verdadera "democratización de la participación".

A manera de síntesis de lo tratado en esta sección del trabajo "La Antesala de los Noventa", podemos destacar:
  • De mantenerse las tendencias actuales en relación a la Política Económica y Políticas Sociales, se pueden preveer mayores deterioros de las condiciones de vida de los venezolanos con riesgos inminentes de efectos irreversibles en la salud de la población, especialmente en la población infantil de menores recursos.

  • A partir de las tendencias actuales en materia económica, no se prevé la reactivación de la economía: el clima de inversiones continuará frío, continuará en aumento la inflación, los precios de los alimentos, crisis en el sector agrícola, altas tasas de desempleo y déficit fiscal (recomendado por el F.M.I.).

  • Al respecto, Purroy afirma que para aumentar el gasto a partir de 1990 sólo existen dos formas: devaluar más el Bolívar o gastar más de lo que ingresa ordinariamente (déficit fiscal). Cualquiera de las dos alternativas resulta directamente inflacionaria.
Ante este panorama, amanecen los años noventa y nuestra expectativa de elevar la calidad de vida parece inalcanzable. Sin embargo, creemos que la constitución de una base social a partir de organizaciones autogestionadas que mantengan y amplíen los pequeños espacios que existen en la actual coyuntura, haría posible dinamizar el proceso que permitirá un cambio de dirección en el sistema social. Construir un proyecto político que con auténtica participación de la comunidad exija "voluntad política" por parte del Estado, l aumento de la capacidad gerencial a todos los niveles y producción de acciones que en materia de salud, tengan su origen comprometido con el desarrollo de la Estrategia de Atención Primaria. Ello se constituye en una probabilidad que puede adquirir mayores grados de certeza dado que en sectores mayoritarios de la población se gestan nuevas formas de organización y diversas maneras de atenuar los efectos de las distorsionadas políticas estatales.


A MANERA DE CONCLUSION...
Venezuela, al igual que otros países de la región ha avanzado su proceso de reforma y modernización. Desde finales de los ochenta promueve la instauración de un nuevo orden institucional desde donde el Estado, va reduciendo sus funciones en áreas muy específicas con la asignación de presupuestos más reducidos, especialmente los dirigidos al gasto social en salud y educación; se adelanta la reforma por vía: Ejecutiva, Parlamentaria y con reducción de instituciones del Estado.

El Estado Venezolano ha dado un giro de 180º, desde su papel rector en la economía con la nacionalización de las industrias del hierro y del petróleo, hasta la firma de "Contratos de Explotación de Pozos Marginales" con consorcios extranjeros, dando inicio al proceso de "Apertura Petrolera" en su nuevo rol de Estado Neoliberal. Además, pone en venta las empresas estatales para atraer capitales privados. Para el momento, se requieren de mayores inversiones y de que asuman nuevos riesgos los representantes del capital interno, entre quienes crecen los conflictos y no acompañan las decisiones del gobierno. "Nuestros empresarios tienen depositados en el exterior un monto en dólares, superior al monto de la deuda externa venezolana. A pesar de los llamados que muchos han hecho para que regresen esos capitales los mismos continúan en las bóvedas de bancos extranjeros, garantizando bienestar a otros pueblos." (Fuenmayor T. Luis, 98).

    2 Sector Salud. ¿Crisis o Continuidad?. (Subrayado nuestro).
Estos empresarios se han acostumbrado al proteccionismo del Estado Rentista y resultan muy pocos los "sacrificios" que, en función de superar la crisis, están dispuestos a asumir.

Por otro lado, esto sucede en un contexto donde persiste la inseguridad jurídica y se agudiza la crisis socio-política. Aumenta el descontento entre los diferentes grupos sociales, hay poca credibilidad en las élites, no existe conexión entre las reformas económicas y políticas, ni entre cada una de ellas en conjunto, impactando negativamente la calidad de vida de los venezolanos. (F. Mieres, 1990).

Aunque cerrada la década de los ochenta, ya en el primer trienio de los noventa pudimos observar que continuó el aumento en los precios de la gasolina, transporte, alimentos y servicios. Se liberaron las tasas de interés, desaparecieron pequeñas y medianas empresas, aumentó drásticamente el desempleo y se deterioró más aún la salud de la población:

La pobreza abarcó más del 50% de la población y aproximadamente un 20% de ella, se encontró en situación de pobreza extrema, la tasa de mortalidad infantil se ubicó en el 27,4 x 1000 y la inversión en salud mantiene su tendencia decreciente (desde los ochenta) representando un 2,8% del PIB (Producto Interno Bruto). Contradictoriamente con lo anterior, al servicio de la deuda se destinó aproximadamente un 7% del PIB. (OCEI, MSAS, OPS/OMS, 1990-94).

El Estado parece cada vez más pequeño y menos responsable de sus ciudadanos, se pierden los referentes nacionales y se mediatizan y coartan las opciones participativas, Pero el tiempo transcurre inexorablemente y los hombres tienen la oportunidad de actuar para dirigir sus propios destinos. Se avecinan nuevos tiempos, un nuevo proceso electoral para Venezuela en 1998, preocupan las tendencias en la economía de la región, la dinámicapropia del mundo globalizado que nos impone a diario nuevos ritmos y el descontento creciente de las mayorías, quienes son reiteradamente ignoradas.

Todo ello, sugiere no perder detalle, que estemos atentos al desarrollo de los hechos en el presente y que nos permitamos contrastarlos con lo anunciado por los expertos para los años noventa.

Reflexionemos respecto a un cambio de actitud en el ciudadano común y los gobernantes de este país, también sobre la urgencia de asumir un verdadero compromiso con el cambio y la transformación de esta sociedad por parte de cada hombre y desde todo espacio.

Le propongo amigo lector, volver a encontrarnos al cierre de esta década y que con nuevos elementos para el análisis abordemos, una vez más, nuestro particular proceso de desarrollo socio-político-económico y, en esa oportunidad, ante el próximo milenio y en "La antesala del nuevo siglo".


BIBLIOGRAFIA
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  2. EVANS, Ronald. La Promoción de la Salud es una meta legítima del desarrollo. Gaceta APUCV/IPP. Año 9. Nº57. 1988. Caracas.
  3. FUENMAYOR TORO, Luis. Grotesca Manipulación. El siglo. A-4. 22 sept 1998. Maracay.
  4. GONZALEZ, Marino D. Situación Actual de la Salud de los Niños Venezolanos. REV. SIC-Centro Gumilla. Año II. N519. Nov. 1989. Caracas.
  5. ___________________ El Sistema de Salud. Crisis y Posibilidades. Rev. Sic. Centro Gumilla. Año LII. Nº515. Junio 89.
  6. __________________ Las Expectativas sobre el Sistema Neoliberal de Salud. Boletín AVEDIS. Año 1. Nº2. Caracas. Sept 87.
  7. PURROY, Miguel I. Balance Económico. Rev. Sic. Centro Gumilla. Año LII. Nº519. Nov 89. Caracas.
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  9. SAAVEDRA, Rosario. La Impagable Deuda Externa. Ultimas Noticias. Junio, 1987. Caracas.
  10. VISO, Carlos. ¿Quiénes pagan la deuda social? Gaceta APUCV/IPP. Año 10. Nº60. 1989. Caracas.
  11. ITURRASPE, Francisco. Participación, Cogestión y Autogestión en América Latina. /1. Edit Nueva Sociedad. Caracas. 1986.
  12. MIERES, Francisco. Génesis y Fracaso del Paquete Económico. Aula Magna Publicación UCV. Año 1. Nº1. Febrero 1990. Caracas.