Trabajos Originales

Desarrollo y evolución de las finanzas

Recibido para Arbitraje: 31/07/2009
Aceptado para publicación: 12/01/2010

  • Del Valle, S.C., Profesora del Postgrado de Cirugía Bucal, Facultad de Odontología, UCV.

  • Schemel, Ma. E., Profesora de Cátedra de Radiología, Facultad de Odontología, UCV.
La actividad financiera existe desde el primer momento en que se utiliza el dinero como medida de valor e instrumento de cambio de cualquier tipo de transacción. Desde épocas muy remotas, la obtención de beneficio económico ha sido de gran importancia para el hombre, como medio de garantizar su subsistencia y mejorar su calidad de vida. Cualquier tipo actividad económica ya sea de carácter comercial o de prestación de servicios está inmersa dentro de este proceso de actividad financiera, así pues el ejercicio de las profesiones médicas como la Odontología, ejercida como medio de subsistencia o con fines lucrativos se verán siempre involucradas dentro de una actividad económica en el mercado financiero.

La historia de la ciencia de las finanzas, como disciplina moderna, puede hacerse comenzar por el cameralismo1. La significación de esta corriente de pensamiento con respecto a las finanzas públicas se halla en el hecho que ella examina los problemas que atañen a la economía y a las finanzas desde el ángulo del Estado como sujeto de las actividades corrientes, siendo precursores de la doctrina financiera del autor alemán Wagner, entre otros, y también de las actuales doctrinas de política económica y planificación. La ciencia cameralista es la primera expresión de la ciencia de las finanzas públicas.

    1 En su aspecto etimológico, la voz c. proviene de la raíz latina camera o de su traducción germánica kammer=(cámara), con la que se hacía referencia al lugar en que se custodiaba el patrimonio público. Por ello, pese a la diversidad de contenido del concepto, puede afirmarse que tanto c. como sus derivados expresan, ante todo, la idea de administración de los recursos del Estado, de aquí su vinculación en el terreno doctrinal a la economía, y, en especial al campo de la Hacienda Pública, y su consideración como uno de los fundamentos pre científicos más sólidos de la Ciencia de la Hacienda. Suelen distinguirse en el fenómeno cameralista dos facetas: como movimiento unitario desenvuelto en el campo de la práctica administrativa y financiera, de ayuda al príncipe en cuanto protagonista del Estado absoluto, y como una ideología, más o menos integrada, de apoyo al robustecimiento económico del naciente Estado moderno. www.canalsocial.net

Básicamente, desde una perspectiva económica y financiera, las ideas cameralistas se caracterizan por los siguientes rasgos fundamentales: 1) Su preocupación por la utilización óptima de los recursos de la economía nacional. 2) Insistencia acerca de la conexión entre la economía privada y la pública, considerando al Estado como el eje sobre el que podía montarse el desarrollo y fortalecimiento de la economía nacional. 3) Una consecuencia del planteamiento del apartado anterior es, lógicamente, el papel preponderante que asignaron al Presupuesto del Estado. Esta consideración les llevó a un tratamiento institucional del contenido del Presupuesto que ha pesado notablemente en la elaboración posterior y sistematización de la Ciencia financiera.

Las finanzas, consideradas durante mucho tiempo como parte de la economía, surgieron como un campo de estudios independiente a principios del siglo pasado. En su origen se relacionaron solamente con los documentos, instituciones y aspectos de procedimiento de los mercados de capital. Con el desarrollo de las innovaciones tecnológicas y las nuevas industrias provocaron la necesidad de mayor cantidad de fondos, impulsando el estudio de las finanzas para destacar la liquidez y el financiamiento de las empresas. La atención se centró más bien en el funcionamiento externo que en la administración interna. Hacia fines de siglo se intensificó el interés en los valores, en especial las acciones comunes, convirtiendo al banquero inversionista en una figura de especial importancia para el estudio de las finanzas corporativas.

Para Zamorano (Ob.cit), a principios del siglo XX, las finanzas centraba su énfasis sobre la materia legal (consolidación de firmas, formación de nuevas firmas y emisión de bonos y acciones con mercados de capitales primitivos.

Durante la depresión de los años 30', en los Estados Unidos de Norteamérica las finanzas enfatizaron sobre quiebras, reorganizaciones, liquidez de firma y regulaciones gubernamentales sobre los mercados de valores. Entre 1940 y 1950, las finanzas continuaron siendo vistas como un elemento externo sin mayor importancia que la producción y la comercialización. A finales de los años 50', se comienzan a desarrollar métodos de análisis financiero y a darle importancia a los estados financieros claves: El balance general, el estado de resultados y el flujo de efectivo. En los años 60', las finanzas se concentran en la óptima combinación de valores (bonos y acciones) y en el costo de capital. Durante la década de los 70´, se concentra en la administración de carteras y su impacto en las finanzas de la empresa. Para la década de los 80' y los 90´, el tópico fue la inflación y su tratamiento financiero, así como los inicios de la agregación de valor. En el nuevo milenio, las finanzas se han concentrado en la creación de valor para los accionistas y la satisfacción de los clientes.


PRINCIPALES PERÍODOS DE LA HISTORIA DE LAS FINANZAS MUNDIALES

Visión Descriptiva de las Finanzas Empresariales hasta la Segunda Guerra Mundial

No es mucha la Investigación que se lleva a cabo en el campo de las finanzas durante este tiempo, incluso se puede decir que es prácticamente inexistente hasta el siglo XIX. Sin embargo, es en este tiempo cuando avanza considerablemente la Teoría Económica, cuando surge el llamado modelo clásico de la mano de Adam Smith en su libro "La riqueza de las naciones", a partir de ahí otros economistas ingleses le siguen como Malthus, Mill o David Ricardo, de la Escuela de Viena cuyos representante más notables son Menger, Böm-Bawerk y Von Wieser, de la Escuela de Lausana a la cual pertenecen Walras y Pareto y finalmente a la escuela de Cambridge con economistas como Wicksell y Marshall. Es precisamente con este último con el que se da por terminada la era de la economía clásica con su libro "Principios de Economía"

A partir de 1776, con la invención de la máquina de vapor por James Watt y su posterior aplicación en la producción, una nueva concepción del trabajo vino a modificar completamente la estructura social y comercial de la época, provocando profundos y rápidos cambios de orden económico, político y social que en un lapso de aproximadamente un siglo, fueron mayores que los cambios ocurridos en el milenio anterior. Es el período llamado de Revolución Industrial, que se inició en Inglaterra y rápidamente se extendió por todo el mundo civilizado.

Hasta principios del siglo XIX los gerentes financieros se dedicaban a llevar libros de Contabilidad o a controlar la Teneduría, siendo su principal tarea buscar financiación cuando fuese necesario.

Según Chiavenato (1989)2, "El desarrollo de nuevas formas de organización capitalista, las firmas de socios solidarios, formas típicas de organización comercial -cuyo capital proviene de las ganancias obtenidas (capitalismo industrial)-, y que toman parte activa en la dirección de los negocios, dieron lugar al llamado Capitalismo Financiero." El capitalismo financiero tiene cuatro características principales:
  1. La dominación de la industria por las inversiones bancarias e instituciones financieras y de crédito.

  2. La formación de inmensas acumulaciones de capital, provenientes de monopolios y fusiones de empresas

  3. La separación entre la propiedad particular y la dirección de las empresas

  4. El desarrollo de la hollding companies

    2 CHIAVENATO, Adalberto, (1989) "Introducción a la Teoría General de la Administración"; Tercera Edición. Bogotá, Mc Graw Gill.

Con la expansión de las empresa, ocurren fusiones y asociaciones para lo cual son necesarias grandes emisiones de acciones y obligaciones, prestándose una especial atención a los mercados financieros y a la emisión de empréstitos, en la que se observa un espectacular auge. La constitución de la US Steel Corporation en 1900 inicia una tendencia de combinaciones que dieron lugar a la emisión de grandes cantidades de valores de renta fija y variable.

Para el año 1929 la economía encuentra una inmensa crisis internacional. La situación de la bolsa de Nueva York era caótica y la Política Económica llevada a cabo contribuyó a agravar la crisis, los grupos financieros norteamericanos y británicos se encontraban enfrentados ya que al conceder préstamos sin prudencia crearon un ambiente de solidez e inestabilidad inexistente, además se produjo una subida de los tipos de interés estadounidenses que llevó a la paralización de los préstamos al exterior, lo que produjo una agravación económica en los países que habían recibido estos préstamos. Es fácil suponer que en un escenario como este las empresas tuviesen problemas de financiación, quiebras y liquidaciones. El objetivo dominante para ellas era la solvencia y reducir el endeudamiento. Es decir, se busca que exista la máxima similitud en la cantidad de capitales propios y fondos ajenos. Por primera vez, se preocupan por la estructura financiera de la empresa.

Durante la crisis, los objetivos eran la supervivencia de la empresa y la liquidez. Se produjeron estudios desde el punto de vista legal con la intención de que el accionista y el inversor tuviesen más información sobre la situación económica de la empresa: financiación, liquidez, solvencia, rentabilidad, etc, iniciándose así el intervencionismo estatal.

En la década de 1920 las innovaciones tecnológicas y las nuevas industrias provocaron la necesidad de mayor cantidad de fondos, impulsando el estudio de las finanzas para destacar la liquidez y el financiamiento de las organizaciones. Arthur Stone Dewing,(1920) En The financial Policy of Corporation, uno de los textos clásicos de ese periodo, reunió las ideas existentes, introdujo nuevas ideas y sentó la pauta para la enseñanza de las finanzas; refleja esta visión tradicional de las Finanzas basada en una metodología positiva, que describe la realidad, con excesivo énfasis en aspectos externos, legales e institucionales, así como en procesos excepcionales para las empresas como quiebras, fusiones, absorciones y consolidaciones. Aunque este autor mostrase cierta inquietud a cerca de la estructura financiera y la política del reparto de dividendos, vemos que es una visión poco preocupada por las decisiones financieras.

La depresión de los años treinta obligo a centrar el estudio de las finanzas en los aspectos defensivos de la supervivencia, la preservación de liquidez, las quiebras, las liquidaciones y reorganizaciones. La principal preocupación en el financiamiento externo era saber como un inversionista podía protegerse.

En 1936, con el fondo de la Gran Depresión apareció "La teoría General de la ocupación, el interés y el dinero", de Jhon Maynard Keynes, obra memorable en la que se describía una nueva manera de enfocar la economía que iba ayudar a los estados a atenuar los peores estragos de los ciclos económicos por medio de la política monetaria y fiscal.

La época de los años cuarenta estuvo empañada por la guerra declarada en los primeros años y la guerra fría en los siguientes. Las Finanzas siguieron un enfoque tradicional que se había desarrollado durante las décadas anteriores, no ocurriendo cambios considerables. Se analizaba la empresa desde el punto de vista de alguien ajeno a ella, como pudiera ser un inversionista, pero sin poner énfasis en la toma de decisiones.

El gerente continúa con su labor, predomina una política poco arriesgada, lo que suponía un endeudamiento y se prima la liquidez y la solvencia. Sin embargo, en este período comienzan a germinar los brotes de la moderna concepción financiera de la empresa.

2.2. Las Finanzas desde los cuarenta hasta la cimentación de la Moderna Teoría de las Finanzas Empresariales.

Durante la década de 1940 hasta principios de 1950, las finanzas siguieron un enfoque tradicional que se desarrollo de 1920 a 1930. Analizaban a la organización desde un punto de vista ajeno a ella, por ejemplo, como podía ser un inversionista, pero sin poner énfasis alguno en la toma de decisiones dentro de la organización. A mediados de la década 1950 adquirió un papel importante el presupuesto de capital y las consideraciones relacionadas con el mismo.

Después de la guerra comienza a estudiarse los desarrollos de la Investigación Operativa y la Informática aplicados a la empresa. Comienza a despertar importancia la planificación y control, y con ellos la implantación de presupuestos y controles de capital y tesorería.

De esta época es la obra del profesor Erich Schneider Inversión e Interés (1944), en la que se elabora la metodología para el Análisis de las Inversiones y se establecen los criterios de Decisión Financiera que den lugar a la maximización del valor de la empresa. En su trabajo el profesor pone de manifiesto una idea en la actualidad vigente: una inversión viene definida por su corriente de cobros y pagos.

Con la llegada de la computadora en la década 1950, sistemas complejos de información comenzaron a brindar al administrador financiero información sobre la cual tomar decisiones correctas, aplicando herramientas analíticas poderosas, se generó el uso de técnicas de investigación de operaciones y de decisiones, los análisis financieros fueron más disciplinados y provechosos. El administrador financiero ahora tenía a su cargo los fondos totales asignados a los activos y la distribución del capital a los activos individuales sobre la base de un criterio de aceptación apropiado y objetivo.

Entre los años cincuenta y la crisis energética de 1973 se vive un ciclo alcista en la economía, en el que la empresa tiene una gran expansión. La era electrónica afectó profundamente los medios que emplean las empresas para realizar sus operaciones bancarias, pagar sus cuentas, cobrar el dinero que se les debe, transferir efectivo, determinar estrategias financieras, manejar el riesgo cambiario, etc. Se idearon modelos de valuación para utilizarse en la toma de decisiones financieras, en el que la empresa tiene una gran expansión y se asientan las bases de las finanzas actuales. En este período de prosperidad los objetivos que priman son los de rentabilidad, crecimiento y diversificación internacional, frente a los objetivos de solvencia y liquidez del período anterior.

En la década 1960 con el desarrollo de la teoría del portafolio y su aplicación a la administración financiera fue un acontecimiento importante, uno de los trabajos más significativo fue el presentado por Markowitz en 1952 cuyo punto de partida es el Modelo de Equilibrio de Activos Financieros. Perfeccionada más tarde por Sharpe, Lintner y otros; la teoría nos explica que el riesgo de un activo individual no debe ser juzgado sobre la base de las posibles desviaciones del rendimiento que se espera, sino más bien en relación con su contribución marginal al riesgo global de un portafolio de activos. Según el grado de correlación de este activo con los demás que componen el portafolio, el activo será más o menos riesgoso.

Otro destacado trabajo es el de Franco Modigliani y Merton Miller (1958). Ambos defienden que el endeudamiento de la empresa en relación con sus fondos propios no influye en el valor de las acciones. No obstante en 1963 rectifican su modelo, dando entrada al impuesto de sociedades. Concluyendo que el endeudamiento no es neutral respecto al coste de capital medio ponderado y al valor de la empresa. En los sesenta se empieza a verse el efecto de los estudios realizados en la década anterior, estudios en ambiente de certeza que en la década servirán de base a los realizados en ambiente de riesgo e incertidumbre. En las facultades americanas los estudios específicos sobre Finanzas se introducen en los cincuenta, en España hasta los setenta no se desdoblan suficientemente, si bien no se puede hablar de homogeneidad generalizada en este sentido. Esta década supone una profundización y crecimiento de los estudios de la década de los cincuenta, produciéndose definitivamente un desarrollo científico de la Administración Financiera de Empresas, con múltiples investigaciones, resultados y valoraciones empíricas, imponiéndose la Técnica Matemática como el instrumento adecuado para el estudio de la Economía Financiera Empresarial.

En 1963, H. M. Wingartner, generaliza el planteamiento de Lorie y Savage a n períodos, introduciendo la interdependencia entre proyectos, utilizando Programación Lineal y Dinámica. Se aborda el estudio de decisiones de inversión en ambiente de riesgo mediante herramientas como la desviación típica del VAN, técnicas de simulación o árboles de decisión, realizados por Hillier (1963), Hertz (1964) y Maage (1964) respectivamente. En 1965 Teichroew, Robichek y Montalbano demuestran que en casos algunos casos de inversiones no simples, éstas podrían ser consideradas como una mezcla de inversión y financiación.

Sharpe (1964,1967), Linttner (1965), Mossin (1966) o Fama (1968) son autores que continuaron la investigación sobre formación óptica de carteras de activos financieros (CAPM) iniciada por Markowitz en la década de los cincuenta.

El CAPM nos dice que en un mercado tenemos dos tipos de riesgo: i) el diversificable, que podemos controlar y ii) el sistemático, que no podemos cubrir aunque nuestra cartera esté compuesta por muchos títulos diferentes y con escasa correlación entre ellos. Por otra parte, nos dice que el rendimiento esperado de un activo sin riesgo es igual al de un activo libre de riesgo más una prima por unidad de riesgo sistemático. El modelo de Sharpe constituye un punto de partida al CAPM, si bien cabe distinguir que el primero de ellos es un modelo empírico en el que utiliza datos retrospectivos a los que aplica una regresión y el CAPM es un modelo de equilibrio prospectivo con una teoría y unos supuestos que se elaboran deductivamente.

En la década de 1970 empezaron a aplicarse el modelo de fijación de precios de los activos de capital de Sharpe para valuar los activos financieros. El modelo insinuaba que parte del riesgo de la empresa no tenía importancia para los inversionistas de la empresa, ya que se podía diluir en los portafolios de las acciones en su poder. También provocó que se centrara aún más la atención sobre las imperfecciones del mercado cuando se juzgaba la selección de los activos realizada por la empresa, el financiamiento y los dividendos.

Expansión y Profundización de las Finanzas hasta Nuestros días
Según información recopilada en Internet sobre la historia de las finanzas (http://ciberconta.unizar.es/leccion/fin016/200.HTM): "Desde el primer shock del petróleo en 1973 hasta nuestros días los estudios sobre la Ciencia de la Gestión Financiera de la Empresa se han expansionado y profundizado notablemente. Surgen nuevas líneas de investigación como la Teoría de Valoración de Opciones, la Teoría de Valoración por Arbitraje y la Teoría de Agencia.

La Teoría de Valoración de Opciones tuvo su origen con las investigaciones de Black y Scholes en 1973, a los que siguieron numerosas aportaciones. Una opción es un contrato por el cual una persona adquiere el derecho de comprar o vender un bien determinado a precio prefijado y en un período especificado En valores mobiliarios estos autores demuestran que los factores que determinan el valor de una opción son el precio actual del título, el precio prefijado, el tipo de interés libre de riesgo, la volatilidad del título y el período de ejecución. La existencia de un mercado de opciones permite al inversionista establecer una posición protegida y sin riesgos comprando acciones y, al mismo tiempo, estableciendo opciones sobre las acciones. En mercados financieros eficientes el rendimiento producido por una posición de este tipo debe ser una tasa libre de riesgos. Si esto es cierto, sería posible establecer fórmulas exactas para valuar distintos tipos de opciones.

Comenzó a cuestionarse la validez del CAPM por diversos motivos y como modelo alternativo Ross en 1976 publicó el APT (Arbitrage Pricing Theory). A diferencia del CAPM este modelo no se basa en la hipótesis de eficiencia de la cartera de mercado, y los rendimientos de los títulos vienen representados por un modelo general de factores. Este Modelo parte de la idea de que el rendimiento de las acciones no sólo depende del riesgo esperado, sino que también depende de ciertas variables económicas.

Durante la década de los setenta Jensen y Meckling (1976) comienzan a dibujar la Teoría de Agencia. La relación de agencia es aquella en la que se ven envueltos los propietarios del capital (principal) y los directivos (agentes). El problema en esta situación es el conflicto de intereses entre los participantes, el principal delega responsabilidades en el agente, y tiene que establecer un contrato con el agente de modo que éste último lleve a cabo su labor con el fin último de llegar al objetivo del principal. Pero de todo ello se derivan unos costes debido al contexto de información asimétrica, unos costes de supervisión por parte del principal al agente, unos costes de influencia y unos costes de pérdida de eficiencia. Estos costes se derivan de que el trabajo realizado por el agente no siempre es observable por el principal, y si lo es puede llegar a ser muy costoso, de las relaciones entre los distintos colectivos dentro de la empresa y de las desviaciones de las actuaciones de los agentes en relación con el esfuerzo óptimo. Todo ello ha generado una amplia literatura con diversidad de opiniones.

En una gran cantidad de estudios e investigadores realizadas por autores como: Bierman y Smidt, Robichek, Mao, Beranek, Weston y Brigham, Pike y Dobbins, Suárez y otros -citados en http://ciberconta.unizar.es/leccion/fin016/200.HTM) "el objetivo de la Gestión Financiera es maximizar el valor de mercado de la empresa". Además consideramos que este objetivo no está en contradicción frontal con las propuestas de la Teoría de Agencia sobre compensaciones económicas al agente, por lo que podría afirmarse que su realización va a lograr que también se cumplan estos otros, en líneas generales. Así lo afirma también Cuervo (1979) cuando señala que "la compensación de la dirección es acorde con la maximización de la riqueza de los accionistas de la empresa". En consecuencia, podemos decir que de acuerdo con la normativa americana sobre la Teoría de las Finanzas Empresariales el objetivo global de la empresa es la maximización del valor de mercado de la empresa, aún reconociendo las matizaciones hechas por la Teoría de Agencia.

Sobre la política de dividendos, caben destacar los trabajos de Black y Scholes (1974) y Miller y Scholes (1978), quienes insisten en que la política de dividendos es irrelevante, incluso teniendo en cuenta los impuestos, siguiendo la línea de Modigliani y Miller. Por otra parte, Kim, Lewellen y McConell (1979) avalan empíricamente la existencia de segmentos diferentes de inversores en acciones en función de sus tipos impositivos marginales en el impuesto sobre la renta personal.

En relación a la estructura financiera óptima son destacables los trabajos realizados por Miller (1977), Warner (1977), y Kim (1974,1978). Miller insiste en la irrelevancia de la estructura financiera, al considerar el impuesto sobre la renta personal, aún teniendo en cuenta las consecuencias del impuesto de sociedades que conlleva la preferencia de la deuda como fuente de financiación. Asimismo, Warner sostendrá que la mayor preferencia por la deuda, al tener en cuenta los efectos fiscales del impuesto sobre la renta de sociedades, se compensa con el aumento de los costes de quiebra. Kim, en cambio, se pronuncia sobre la existencia de una estructura financiera óptima si el mercado de capitales es perfecto y se tienen en cuenta el impuesto de sociedades y los costes de insolvencia.

En la década de 1980, grandes avances intelectuales de la valuación de las organizaciones en un mundo donde reina la incertidumbre. El papel de los impuestos personales en conexión con los impuestos de la organización ha sido un área que ha rendido frutos provechosos. La información económica permite obtener una mejor comprensión del comportamiento que en el mercado tienen los documentos financieros. La noción de un mercado incompleto, donde los deseos de los inversionistas de tipos particulares de valores no se satisfacen, coloca a la empresa en el papel de llevar a cabo la comercialización de tipos especiales de derechos financieros. Así como la diversidad de validaciones empíricas, con sofisticados modelos de valoración y generalización de técnicas matemáticas y del uso de la Informática.

Se acentúa el interés por la internacionalización de los fenómenos y decisiones financieras, dando lugar a multitud de estudios sobre aspectos como el riesgo político y el riesgo de variabilidad del tipo de cambio de las monedas en las que opera la Gestión Financiera Internacional. Asimismo, para superar algunas críticas al CAPM ha surgido el ECAPM obra inicial de Pogue en un contexto internacional referido a compañías de oleoductos, y ampliado posteriormente por Litzenberg, Ramaswamy y Sosin (1980)

En relación con la política de dividendos, es destacable el trabajo de Jalilvand y Harris (1984), éstos concluyen que las imperfecciones del mercado pueden implicar interdependencias entre las decisiones de inversión, financiación y dividendos. Sobre las repercusiones fiscales en la política de dividendos se pronuncian Poterba y Summers (1984) concluyendo un mayor gravamen de los dividendos frente a las ganancias del capital. Por otra parte, Sarig y Scott (1985) se sitúan en una línea similar a Dim, Lewellen y McConell, reafirmando el fenómeno de los segmentos diferentes o clientelas.

En los años noventa, las finanzas han tenido una función vital y estratégica en las empresas. Aún cuando la teoría y práctica de la valoración de empresas seguía centrada alrededor de métodos muy clásicos y algo obsoletos, tales como los enfoques estáticos o de balances y los modelos mixtos como el alemán y el anglosajón. Dichos métodos parecen superados hoy en día, aún admitiendo su virtualidad y utilidad para la valoración en pequeños negocios. Desde esta década el gerente de finanzas se ha convertido en parte activa: la generación de la riqueza. Para determinar si genera riqueza debe conocerse quienes aportan el capital que la empresa requiere para tener utilidades. Esta se convierte en la base del costo de la oportunidad, con respecto al cual se juzgará el producto, la inversión y las decisiones de operación.

Leland (1994) en la búsqueda de la estructura financiera óptima descubre que el valor de la deuda y el endeudamiento óptico están conectados explícitamente con el riesgo de la empresa, los impuestos, los costes de quiebra, el tipo de interés libre de riesgo y los ratios pay-out.

Actualmente, la metodología basada en el descuento de los flujos de caja parece indiscutible y es la más congruente y sólida en cuanto a sus fundamentos teóricos. Por esta línea han pretendido progresar Martín Marín y Trujillo Ponce (2000) en su obra "Manual de valoración de empresas". Respecto al el tema de las empresas de nueva economía o economía virtual relacionada con Internet, estos autores según sus propias palabras prefieren darse un plazo de espera antes de abordar tan espinoso asunto. Estas empresas parecen escapar a la lógica de los modelos hasta ahora desarrollados de valoración. La alta volatilidad y los precios desorbitados parecen imponerse en las acciones que cotizan en el NASDAQ norteamericano.

Relacionado con lo anterior hemos de tener en cuenta el creciente valor que adquieren las tecnologías de información y comunicación dentro de la empresa y para la función financiera, factores que permiten a las organizaciones crear valor a través de la gestión integrada de la cadena de valor física y virtual. A medida que se integran los mercados financieros mundiales en forma creciente, el administrador de finanzas debe buscar el mejor precio de las fronteras nacionales y a menudo con divisas y otras barreras.

Los factores externos influyen cada día más en el administrador financiero: desregulación de servicios financieros, competencia entre los proveedores de capital y los proveedores de servicios financieros, volatilidad de las tasas de interés y de inflación, variabilidad de los tipos de cambio de divisas, reformas impositivas, incertidumbre económica mundial, problemas de financiamiento externo, excesos especulativos y los problemas éticos de ciertos negocios financieros; donde el uso de tecnologías de información y comunicaciones reducen en gran medida el tema de la incertidumbre. Así lo creen Ordiz y Pérez-Bustamante (2000) cuando afirman que "estas tecnologías pueden aportar ventajas a la empresa, tales como reducciones en costes o incrementos de valor pero, para ello, se debe asumir que la inversión en tecnologías de información y comunicación no es una decisión más en la empresa, sino que adquiere la categoría de inversión estratégica para el negocio, dada la repercusión que puede implicar para el futuro de la misma". Quizás sería interesante, ahondar en un espacio financiero iberoamericano en el que pueden abrirse enormes posibilidades para las Finanzas, tanto desde el punto de vista teórico como del enfoque práctico. De hecho numerosas empresas españolas, como Telefónica o el BBVA, han irrumpido con fuerza en estos mercados con resultados, hasta el momento, muy positivos.

La evolución de las finanzas ha tenido gran repercusión sobre el papel y la importancia de la administración financiera. Las finanzas han evolucionado del estudio descriptivo que las caracterizaba, al análisis riguroso y a la aplicación de teorías normativas, cuyos conceptos básicos son aplicables a todos los tipos de organizaciones, bajo la denominada Administración Financiera.

El fenómeno de la Globalización en la Función Financiera. Énfasis en Venezuela

El fenómeno de la globalización iniciado en los Noventa, ha generado impactos en las finanzas de las organizaciones públicas y privadas. La aplicación de nuevas tecnologías en productos y procesos productivos ha producido crecientes economías de escala que mueven a las empresas hacia la adecuación de este fenómeno.

La creciente rivalidad global, la convergencia de los sistemas económicos hacia un modelo genérico de economía de mercado y la deslocalización industrial, así como la expansión internacional de las empresas a la consolidación progresiva del libre comercio, han re-dimensionado la función y administración financiera en el contexto de los cambios suscitados en la regulación de los mercados financieros.

La desregulación de los mercados financieros en el orden nacional y la progresiva remoción de obstáculos al libre movimiento del capital entre países han incidido decisivamente en la mundialización de las finanzas internacionales.

El modelo intervencionista, especialmente en la década del '70, con altas tasas de inflación, enseñó que la regulación no siempre conseguía el objetivo propuesto y que en cambio, tenía efectos negativos sobre la gestión de las entidades financieras. Sobre la base de esta realidad se han operado cambios significativos en la regulación de los mercados financieros -que han sido notables impulsores de la globalización económica-, cuyos principales aspectos han sido los siguientes:
  1. El libre acceso de las entidades financieras extranjeras a los mercados nacionales. Esto llevó al desarrollo espectacular de las empresas financieras con negocios internacionales, que a su vez produjo una brutal competencia en el sector. Su consecuencia fue el desarrollo de una estrategia internacional, la mayor interrelación entre los diversos sistemas financieros nacionales y los esfuerzos de cientos de gobiernos por atraer a empresas financieras de otros países. En el área de la Unión Europea, la meta del mercado financiero único ha fructificado en el logro de una moneda única (Euro).

  2. La universalización de las instituciones. Se adopta el modelo de banca universal. Esto ha traído una cada vez mayor competencia a nivel internacional.

  3. La libertad de fijación de los precios de los servicios financieros, principalmente de los tipos de interés y las comisiones. El inicio de la desregulación en este terreno se debe a la ya mencionada competencia entre bancos de negocios en diferentes países.
Resulta evidente que la desaparición de obstáculos a la circulación de capitales ha sido un paso decisivo en la independización a las finanzas.

Por otra parte, a la vez se registró un incremento notable en multimillonarias inversiones llevadas a cabo por las empresas multinacionales en general, en países distintos de los de su origen. Además han aparecido fenómenos adicionales que han intensificado la expansión de los negocios internacionales. Entre ellas se destacan:
  1. El creciente endeudamiento en mercados internacionales de empresas y gobiernos. Debido a limitaciones en los mercados domésticos y a una gran abundancia de los recursos y a una gran abundancia de los recursos en los centros financieros internacionales.

  2. Crecimiento de las inversiones en cartera, es decir, fondos de pensiones, fondos de inversión y compañías de seguros. Estas instituciones invierten sus recursos en títulos públicos y financieros en los mercados internacionales, en busca de rentabilidad superior, dirigiéndose frecuentemente a los países extranjeros que la proporcionan.

  3. Creación de nuevos instrumentos de coberturas de riesgos. Especialmente en divisas. Opciones, futuros o swaps negociados desde distintos centros financieros para una o varias divisas.

  4. Procesos de privatización de empresas públicas, lo cual ha tenido trascendental importancia en nuestro país y en América Latina.
Dentro de los efectos del fenómeno de la globalización, el principal a destacar lo constituye el aumento de la rivalidad a nivel internacional, impulsada por los siguientes aspectos:
  1. La internacionalización de las empresas y la creación de bloques económicos regionales, que han aumentado la rivalidad en los mercados nacionales.

  2. La aparición de nuevos países emergentes de Europa del Este, los cual trajo nuevas rivalidades, principalmente en productos químicos y siderúrgicos

  3. La invasión de productos procedentes de otros países en vías de desarrollo ubicados en América Latina, Asia y África. En segmentos del mercado donde interesa más el precio que la calidad.
Los aspectos descriptos han aumentado la capacidad productiva de muchos sectores y producido una rivalidad de precios cada vez más significativa. Este incremento de la rivalidad provoca un envejecimiento de los productos y de las empresas, una maduración de los mercados y una innovación continua para seguir sobreviviendo.
Otros efectos:
  1. La evolución de las exportaciones en importaciones, la transferencia tecnológica y la formación de equipos directivos con nivel internacional.

  2. Aceleración de los fenómenos de la deslocalización industrial, la tercerización de los países industriales y la industrialización de los países en desarrollo.
En el contexto de la dinámica de la globalización de la economía, las finanzas de los países se ven influenciadas; por ejemplo, en países como Venezuela y el resto de los de América Latina no cabe duda de que se han tomado varias medidas aconsejables, se han realizado esfuerzos estabilizadores y establecido medidas de apertura externa, de desregulación y de liberalización. No obstante, según argumenta Ferrari (s.f.), en Artículo Publicado en Internet3, "las reformas macroeconómicas que se introdujeron provocaron efectos negativos en materia de distribución de ingresos y de pérdida de empleos, además de otros efectos contraproducentes".

Entre las realidades adversas que no nos permiten una buena ubicación en el plano de la globalización se encuentran:
  • una canasta de exportación compuesta mayoritariamente por productos agropecuarios, materias primas y productos manufacturados de muy poco valor agregado.

  • El aparato productivo está envejecido por los bajos índices promedio de inversión y de gasto en investigación. Esto último responde a una mala distribución del gasto público y explica los déficit en la balanza de pagos ante la necesidad de importaciones en bienes de inversión que no alcanzan a ser compensados con las exportaciones de bajo valor agregado.

  • También hay tareas ecológicas pendientes que condicionan el desarrollo futuro del país,

  • Se suma a todo lo anterior la no superación de la crisis del endeudamiento externo e interno.
Las consecuencias son:
  • La reestructuración industrial instrumentada para lograr la competitividad internacional desemboca en inevitables procesos de desindustrialización, cuya consecuencia es la desaparición de puestos de trabajo.

  • La marcada desigualdad en la distribución de ingresos y la crisis social que va produciendo el modelo globalizador, con la consiguiente sustitución de importaciones, tienden a agudizarse, gracias al aumento de la productividad y sus efectos negativos sobre la ocupación
Lo anterior implica que es necesario adaptarse a las nuevas exigencias que impone la competencia internacional. El punto de partida para los países que quieran desarrollar industrias competitivas a nivel internacional es la estabilidad del contexto macroeconómico, lo cual significa que se debe insistir en aspectos esenciales de la hacienda pública, cuales son el déficit presupuestario, o el de la balanza de pagos, la deuda externa, la inflación y el tipo de cambio controlable.

Las reglas del juego económico no deben cambiar reiteradamente, sino mantener una fijeza mínima para ofrecer atractivos a la inversión. Más importante aún es la seguridad jurídica. Es necesario para esto lograr un consenso. Quienes deben consensuar son las organizaciones empresariales, los partidos políticos, la sociedad civil toda, y, por supuesto, el Estado, pero sin esperarlo todo de él. Esta parece ser la única manera de lograr no sólo que una economía se torne competitiva, sino que la sociedad toda lo logre, como una única forma de entrar en el mercado global, permanecer en él e intentar, a la vez, un desarrollo sustentable. Sin dejar de considerar las políticas reguladoras de la competencia, que deben jugar un papel relevante para prevenir ecuaciones monopólicas.


HISTORIA DE LAS FINANZAS EN VENEZUELA

3.1. Consolidación del Sector Privado Nacional

Llas etapas de ascenso de la economía venezolana han estado ligadas a las grandes inversiones realizadas por el gobierno. La importancia relativa del gasto público es considerable y ha demostrado una tendencia que puede catalogarse, en forma general, de ascendente. Antes de abordar la situación económica nacional y la consolidación del sector privado, debe analizarse el proceso de transición hacia el capitalismo nacional.

Según Contreras H (s.f)4, "El retorno a la democracia a partir del año 1958, se realiza en medio de severas dificultades económicas-financieras", derivadas del desarrollo característico del anterior gobierno. El período de la dictadura (1948-58) y el régimen provisional que le sucedió dejaron al país en graves problemas económicos. Por una parte,

    4 Universidad de Los Andes Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales. Contreras Hugo: "Ingreso y Gasto Público en los Países en Vías de Desarrollo: Venezuela, un caso de Estudio". Caracas. Autor

".. La mala administración financiera, la represión brutal y una serie de errores políticos (incluyendo el intento de demostrar el respaldo popular a través de un plebiscito) alejaron o alienaron a cada sector de la sociedad venezolana"(Taylor, 1968), citado por Contreras. Por la otra:, "… el desempleo, la fuga de capitales, el abandono de las áreas rurales y un amplio déficit presupuestario hicieron difícil para el gobierno intentar algo que hubiera podido interrumpir la afluencia al país de ingresos petroleros"(Tugwell, 1975), citado por Contreras

El mercado petrolero internacional experimentó cambios significativos durante los años 50, por tanto, los precios del petróleo venezolano subieron en forma permanente alcanzando el máximo nivel en 1957. A partir de este año, los precios promedios del crudo sufren una constante disminución que se extiende hasta 1969; sin embargo, los ingresos recibidos por el país por concepto de petróleo, más que se duplican entre 1958 y 1969; y aumentan 4,4 veces entre 1958 y 1973, como consecuencia de mayores recaudaciones por concepto de impuesto sobre la renta petrolera y de una mayor producción.

La principal y continua preocupación de los gobiernos venezolanos ha sido la de disponer de un importante flujo de ingreso petrolero para emprender el proceso de industrialización y su impulso hacia el desarrollo. Debido a la continua confianza sobre esta variable, que se ha prolongado hasta nuestros días, el ritmo de crecimiento de la economía venezolana depende considerablemente de la demanda mundial de petróleo.

Refiere Contreras (cit.), que la administración que se inicia en 1959 lanza un programa de desarrollo el cual incluía:
  1. Una continua pero más diversificada industrialización dirigida por el Estado, aunque reservaba un papel importante en la empresa privada, con el objeto de reducir la dependencia del país de las exportaciones petroleras,

  2. Una extensiva programación de la reforma agraria con previsiones de crédito fácil, asistencia técnica y solución a los problemas de mercadeo, amplias mejoras en educación y asistencia social.
Sin embargo, la economía entra en un período de recesión. Ello fue causado, como se dejó entrever anteriormente, en parte por la caída de los precios del petróleo, en parte por el desbalanceado crecimiento e irresponsabilidad fiscal del período dictatorial y el gobierno interino, y en parte por el pánico de muchos inversionistas privados que previeron no muy buenos resultados en los nuevos programas gubernamentales. La administración tomó medidas deflacionarias, incluyendo cortes substanciales al presupuesto y a los salarios; más tarde las medidas fueron expansionistas, incluyendo la construcción de obras públicas, lo que permitió que en un lapso de tres años, la economía se encontrara en camino de recuperación.

La lenta recuperación de la economía continuó durante la administración Leoni (1964 -1968) y a pesar de que su tasa de crecimiento no sé equiparo con la del período 1950-57, al menos la economía se recuperó de la recesión. La diferencia entre mediados de los años cincuenta y los sesenta, y la principal debilidad del último período, se debió al fracaso del petróleo en recuperar y conducir la economía. Mientras que la agricultura, la industria, el comercio y los servicios alcanzaron crecimientos significativos. Con la acción retardada del petróleo, el crecimiento económico dependió de fuentes internas. Ello se debió, en parte la poca o baja demanda de petróleo venezolano y la enorme producción de los petróleos del Medio Oriente. También se atribuye, en parte, a las restricciones a la importación establecidas por los Estados Unidos en 1958.

La administración que comienza en 1969, se enfrenta casi a los mismos problemas que caracterizaron la anterior. Los costos en promover la situación de importaciones en la agricultura y particularmente en la industria manufacturera, aumentaron rápidamente cuando la etapa de fácil sustitución se había promulgado. Promover la expansión, dado lo limitado del mercado venezolano, podría alcanzarse sólo a través de las exportaciones o un mayor crecimiento de la demanda interna, como se señaló anteriormente. El ingreso al Pacto Andino, la cual representó un mercado foráneo potencial para exportaciones no subsidiadas, fue retardado por industriales locales que presumían ser sacrificados a los intereses extranjeros, mientras el estado y la industria pesada foránea se expandían desde el punto de vista de las ventajas comparativas.

El desarrollo de la Industria petrolera genera aproximadamente la cuarta parte del PTB (producto total bruto) y se transforma en el factor de expansión de la economía venezolana. La mayor proporción de los ingresos petroleros es captada por el gobierno nacional en forma de impuesto sobre la renta y renta de hidrocarburos. De esta forma el Estado comienza a asumir el rol de mecanismo transmisor al resto de la economía venezolana y su importancia en la promoción del desarrollo económico es decisiva. En otras palabras, el Estado venezolano se ha convertido, por su carácter de perceptor de dichos ingresos, en el gran orientador de la actividad económica.

En la historia de Venezuela reciente, el Estado ha sido una fuerza necesaria pero no independiente en la conducción del desarrollo nacional. Su papel se ha definido por los intereses de la burguesía nacional, donde el Estado asume todos los riesgos en las inversiones, especialmente en aquellas áreas de baja rentabilidad, y los propietarios de capital adquieren grandes ventajas de las oportunidades resultantes. Un autor defiende la tesis de que: "la lucha por la hegemonía política dentro de la misma burguesía constituyó el conflicto social principal y la clave para la compresión de los cambios que se efectuaron en el Estado venezolano durante la década 1970-80 (Purroy, 1982).

No es un secreto que en los últimos tiempos ha surgido constelación de grupos y asociaciones bien organizados, los cuales han participado en forma activa en los asuntos políticos del país, ejerciendo gran influencia económica en los aspectos organizativos y representativos del sector privado. Junto con la expansión de la economía ha proliferado lo que se puede llamar un sistema de grupos con intereses económicos que han adquirido un papel muy importante en los debates sobre política económica gubernamental.

Para Contreras, (ob.cit), El sector privado depende en gran medida de las políticas del Estado y actúa protegido por una serie de restricciones a la importación, mientras que el sector oficial es tan importante en la economía, que la política seguida por el gobierno casi siempre tiene extensas o imprevistas consecuencias en el sector empresarial. Al mismo tiempo, debido a la importancia de los ingresos petroleros, el Estado Venezolano se ha mantenido independiente del sector privado y ha ejercido su poder en la economía sin tener que sostenerse privando a las élites o grupos establecidos, de sus ingresos. Sin embargo, "… la independencia fiscal del Estado ha facilitado la rápida expansión burocrática y ha sostenido programas gubernamentales masivos en áreas menos vitales para los intereses económicos privados" (Tugwell,), citado por Contreras (ob.cit).

3.2. Década de Franca Importación y el Modelo de Sustitución de Importaciones

La política comercial de Venezuela para el período de los años 1960-1988, estuvo signada por el modelo de sustitución de Importaciones. Según refiere Genua y Barrios (2005)5 , "El esquema de sustitución de importaciones implementado en el periodo tenía el fin de abaratar los costos de producción para la industria nacional." La estructura arancelaria contemplaba aranceles ad valorem y específicos. Los primeros abarcaron más de 40 tramos arancelarios y un promedio simple de 37%, mientras que los segundos afectaron a más de 840 partidas arancelarias y su equivalente ad valorem alcanzaba hasta un 940%. Además de estas medidas, el 40% de los productos estaba sujeto a prohibiciones y licencias previas.

    5 Gladis Genua y Armando Barrios (2005). "Políticas Sectoriales en Venezuela: Historia y Propuestas. Caracas- Venezuela.

Durante los años sesenta y setenta, el gobierno de Venezuela adelantó un ambicioso programa de industrialización y sustitución de importaciones. Dicho programa fue similar al adoptado por otros países de América Latina y era cónsono con las políticas propugnadas en ese momento por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas. Este programa, subsidiado por las alzas en el precio del petróleo y la nacionalización, al ser adoptado por el gobierno venezolano, hizo que el sector industrial de Venezuela creciera considerablemente y se pusiera al nivel tecnológico de otros países de la región que habían comenzado su industrialización mucho tiempo atrás. Ya para mediados de los años setenta, la industria en Venezuela se había convertido en una gran industria, tecnológicamente, pero no era eficiente y era poco productiva, el gobierno había protegido tanto a la empresa de la competencia extranjera que la misma no tenía incentivos para mejorar su productividad, y consolidó su esfuerzo en explotar sus vínculos políticos y no en aumentar la producción; al fin y al cabo el gobierno era el que les seguía protegiendo y "subsidiando" la baja competitividad y, por ende, la supervivencia vegetativa en el mercado.

La reforma comercial de los noventa permitió simplificar la estructura arancelaria y para-arancelaria. De hecho, el promedio simple del arancel ad valorem se redujo a un 12%, con una estructura establecida de manera comunitaria entre los países miembros de la Comunidad Andina (CAN) en cuatro tramos, tomando en cuenta los grados de elaboración de los bienes. La política económica incluyó también un componente de promoción de exportaciones. Se creó el Instituto de Comercio Exterior (ICE), organismo encargado de realizar los estudios y hacer las recomendaciones de política comercial y de promoción de exportaciones. En 1996 se creó el Banco de Comercio Exterior, con funciones de promoción y financiamiento de las exportaciones. Por otra parte, se promulgó la Ley de Incentivos a la Exportación, mediante la cual se instrumentó un crédito fiscal para exportaciones con valor agregado nacional superior al 30%. Igualmente, se crearon políticas de crédito fiscal para la promoción de las exportaciones.

La política comercial del modelo de sustitución de importaciones se fundamentó en el denominado regionalismo cerrado, es decir, Venezuela se integraba al resto de los países latinoamericanos en tratados de integración cerrados frente a terceros países. En el marco de la incorporación al Acuerdo de Cartagena o Pacto Andino, la apertura de los mercados de los países miembros fue coordinada. Se diseñaron e instrumentaron los denominados Programas Industriales, mediante los cuales los gobiernos de los cinco países andinos buscaban promover una complementación industrial de sus productores, todo ello con el fin de expandir sus ventas al mercado subregional sin causar alteraciones al interior de cada uno de ellos. Luego de la liberalización comercial, se adoptó un esquema de regionalismo abierto, según el cual mientras se profundizaba en los esquemas de integración subregional el país llevaba a cabo acciones para insertarse en los esquemas extra regionales y multilaterales. Venezuela se adhirió al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, luego la Organización Mundial del Comercio-OMC), lo cual se tradujo en la modernización de los instrumentos de comercio internacional, como la legislación antidumping y de libre competencia, los subsidios, incentivos a las exportaciones y los mecanismos regulatorios en materia de precios y tipo de cambio.

Para Guerra y Ponce (2005)6, El modelo de sustitución de importaciones, no cumplía con el objetivo para el que se había adoptado, que era el de lograr que Venezuela dependiera menos de la importación de bienes. Lo que sucedió fue que se pasó de ser un importador de bienes de consumo a un importador de bienes semielaborados, intermedios y de capital, convirtiendo el crecimiento industrial del país en un "híbrido industria-importación" que se iba solidificando al lograr, por un lado, que "la importación de bienes de consumo bajara de un 38,4% en 1950 a un 18,6% en 1971 pero, por otro lado, la importación de bienes intermedios pasó de 17,6% a un 34,3% en el mismo período. Este modelo sustitutivo tenía como factores de éxito una excesiva y permanente protección de la competencia externa. Adicionalmente, el gasto público, especialmente de origen petrolero, fue concebido como el elemento dinamizador de la demanda agregada."

    6 Alexis J. Guerra y Beatriz Ponce de Moreno (2005)." Un modelo político para la Gerencia Pública en Venezuela".

La economía parecía estar funcionando bien, Venezuela tenía el mejor PIB de la región por encima de países mucho más grandes e industrializados. En 1970, el PIB per cápita de Venezuela era superior al de Grecia, España, Singapur; y Hong Kong y ligeramente menor que el de Irlanda..., el salario crecía sostenidamente en términos reales y se mantenía un tipo de cambio sólido y único de 4.3 $/Bs. (Francés, 1994:31).


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